29 junio, 2007

Paternidad Espiritual Irresponsable*

Sentada en el sillón cómodo del trabajo terminado, comía a puñados las bendiciones como palomitas de maíz en el cine, inoportunamente durante mis deleites espirituales suenan fuertes golpes a la puerta… Un ser celestial portador de seis alas y más de dos ojos me entrega muy seriamente un sobre dorado, me lleno de alegría, pensando que será alguna carta de reconocimiento, o quizás un certificado para pasar a retirar mis coronas, abro ávidamente el sobre y obtengo una hoja tamaño legal.


Leo con ojos de huevo frito, "citación para comparecer en juicio por paternidad espiritual irresponsable", acusada de no cumplir con pensión alimenticia, de no proveer de una familia espiritual a mis hijos y de no protegerlos en intercesión. Baje la mirada y emprendí un viaje mental a la culpabilidad, pues quién contenderá con el dueño de toda la justicia.


A pesar de pertenecer a una iglesia que plantea el discipulado como un componente principal de la Gran Comisión, como el mismo Jesucristo lo hizo (Mateo 28:18-20), es estratosférica la diferencia entre ganados y discipulados, que tengo a mi haber, quedando la última en evidente desventaja.


Los grandes eventos evangelisticos se han vuelto para muchos su fuerte, pero no se pude pastorear grandes multitudes de forma efectiva.


Para responder a esta necesidad las iglesias se han valido de las células o grupos pequeños, que no es más que la estrategia con que la iglesia llega al individuo que compone las multitudes.


Pero que pasa cuando el abandono espiritual es protagonizado por el cristiano común. Al igual que las iglesias, la mayoría de los cristianos hemos entendido la necesidad de llevar a la gente a recibir a Cristo y al hacerlo nos convertimos automáticamente en Padres Espirituales.


Pero ¿está el cristiano actual cumpliendo con sus responsabilidades como padre espiritual?


Las Responsabilidades básicas de un padre hacia un hijo son:



  • Provisión Material: alimento, vestido, casa

  • Seguridad Social: apellido, salud, educación, un hogar

  • Amor: tiempo, ternura, disciplina

Extrapolando esto a lo espiritual, diría que las responsabilidades básicas de un padre espiritual son:



  • Provisión alimenticia: Palabra de Dios, Protección en oración.

  • Seguridad Social: Identidad (en Cristo), Sanidad Emocional (mostrar amor sanador de Dios) , Educación (Provisión de herramientas para el estudio Bíblico), Familia (Una iglesia)

  • Amor: tiempo, ternura y corrección

La generación que nos ha tocado impactar es ya de por si una generación medio huérfana, donde la mayoría tuvo un padre ausente durante su desarrollo. En estas circunstancias un Padre espiritual presente y activo se hace más necesario para un verdadero involucramiento y un crecimiento espiritual progresivo.


Una persona que acaba de recibir a Cristo es una especie de recién nacido, demanda cuidados y ternura, tiempo y desvelos. Sin duda la parte de ganar es la fácil, edificar (discipular) es lo que requiere verdadera perseverancia.


El discipulado es una tarea de compromiso, tal como la paternidad, toma tiempo y esfuerzo, no siempre da los resultados esperados y trae tanto tristezas como alegrías, sin este compromiso de parte del padre espiritual el nuevo cristiano tendría el mismo chance de sobrevivir que un recién nacido abandonado.


El discipulado no es sólo un método, es El Método. Aquel que dio resultado hace al rededor de 2000 años, el mismo que me tiene aquí ahora, y el mismo que a través de los siglos con cuerdas humanas ha mostrado el amor de Dios a una humanidad huérfana y necesitada.


Continuara…


*Título e ilustración basadas en un comentario del Misionero a Tiempo Completo Manuel Esteban Rojas.